Ramón Araujo Armero.
Lola Araujo Hazas y Joaquín Sanchez Olleros.
Dos monolitos, algo misteriosos, enlazarán la nueva ciudad con su historia al tiempo que se suman a la celebración de la Naturaleza. Los dos edificios surgen como monolitos, casi templos modernos, formando un conjunto que se inspira en los recintos públicos de aquellas arquitecturas históricas en las que la ley dominante es el juego de volúmenes bajo la luz.
La Biblioteca es una torre de base circular basada en el giro de un hexágono. El Museo se abre hacia el cielo y su geometría deriva del giro y ascenso de un octógono.